INTRUDUCCION:
México es un país multicultural en todos los estados de
México por los tipos de creencias y
grupos étnicos que crearon los tipos de culturas.es un país donde se han
albergado innumerables hechos históricos, que han marcado trascendencia en su
existir, de modo pues, que vemos que la historia ha venido desarrollándose no
como un conjunto de hechos aislados, sino como una relación sucinta de
acontecimientos que van marcando la pauta para hechos futuros.
Podemos decir que cada una de ellas fue importante para el
desarrollo de la sociedad. En cada uno de los 32 estados que conforman nuestro
país existía una cultura interesante
Desarrollo
Aguas calientes
ARTES Y TRADICIÓN
Las múltiples fiestas que se celebran en estas tierras, la
Feria Nacional de San Marcos, la Romería de Nuestra Señora de la Asunción, el
Festival de las Calaveras y la Feria del Señor del Encino entre otras, nos dan
la oportunidad perfecta para conocer los elementos que conforman la rica
cultura aguascalentense. La cual es además, apoyada fuertemente por el
gobierno, ya que según el Instituto Nacional de Bellas Artes, Aguas calientes es
el estado que más invierte en cultura en el país
.
La principal industria artesanal del estado es la industria
textil. Las finas técnicas del bordado y del deshilado utilizadas dan como
resultado prendas y objetos de admiración internacional, y es que aunque son
técnicas originadas en Europa, las mujeres del estado las adoptaron rápidamente
para reproducir su colorido mundo, dando como resultado, un arte representativo
de la región. También se fabrican artesanalmente sombreros y trajes charros,
artículos de cerámica, joyería y talabartería.
Su gastronomía es a base de carnes, entre los platillos
principales encontramos la birria de barbacoa de carnero de la olla o tatemada,
la gallina en salsa envinada y la carne ranchera de puerco. Además, durante los
festejos de San Marcos se destaca la preparación de un platillo a base de pollo
y frutas al que ningún paladar se puede resistir.
Durante los años cincuenta, Aguascalientes disfrutó de un
gran auge vitivinícola ya que cuenta con viñedos productores de vinos de mesa,
aguardientes, licores de extractos de frutas y su popular dulce de uvate. Es
por esto, que a inicios del mes de septiembre se celebra el Festival de la Uva
y el Vino Nuevo, en donde participan las más importantes vitivinícolas del
estado.
Pero a pesar de la fiesta y algarabía que traen consigo
tantas celebraciones, los aguascalentenses son gente muy tranquila y pacífica.
Aún dentro de México, se reconocen por su amabilidad y por defender antiguas
costumbres.
Todo esto dentro de un marco de modernidad que no están
dispuestos a ignorar, y es por eso que en Febrero de 2007, RyTA – Radio y
Televisión de Aguascalientes – estrenó nuevas instalaciones. Con el objetivo de
incrementar sus esfuerzos por mantener comunicado al estado a nivel regional,
nacional e incluso internacional, ya que no se olvidan de los paisanos
radicados particularmente en EUA.
Esta conjunción de pasado y presente la encontramos también
en sus actividades deportivas. Uno de los deportes más practicados hoy en día
es el frontón; juego que guarda algunas similitudes con la práctica del rebote,
el cual se jugaba también en los estados actuales de Zacatecas, Nayarit y el
norte de Jalisco hace tres cuartos de siglo. Y consistía en rebotar una pelota
con centro de piedra, forrada de hilos y piel de conejo contra una pared.
Asimismo, la intensa actividad ganadera practicada desde la
época colonial, dio inicio a las prácticas ganaderas de recreación conocidas
como charrería. Estas, han evolucionado en sus reglas y estructura y hoy son
consideradas parte de las actividades físicas que identifican a los habitantes
del estado
Baja california
La evolución de esta sociedad, orgullosa hoy de su identidad
y de su tierra, la encontramos principalmente en sus expresiones artísticas. El
arte del colectivo Norte es resultado de la fusión de sonidos tradicionalmente
mexicanos – ritmos norteños, elementos de la tambora, del jarabe tapatío, etc.
con los modernos sonidos techno-dance. Esta original mezcla descubre la nueva
cara de la cosmopolita y creativa juventud de Tijuana y Ensenada. El
renacimiento de la otra sociedad perdida, pide al escéptico visitante olvidarse
de los estereotipos y prejuicios, “olvídate de las…calles sin asfaltar, narcos,
burros. Olvídate del peligro, del temor de la preocupación” reza la
presentación al internacionalmente aclamado volumen 1 de Norte Collections.
Su más reciente creación es la publicación del libro “Paso
del norte, This is Tijuana!”, un libro que contiene la crítica social que los
jóvenes bajacalifornianos del siglo XXI hacen de la cultura de miedo, narcos y
violencia que ha caracterizado a la frontera a la que pertenecen.
Al mismo tiempo, la modernización de las ciudades
fronterizas del estado ha colaborado a cambiar los estereotipos ofreciendo un
ambiente atractivo tanto para los inversionistas extranjeros como para los
turistas que buscan deleitarse de la riqueza cultural y natural que tienen por
ofrecer.
GASTRONOMÍA
Ensalada César Las refrescantes Margarita El rejuvenecedor
Clamato Pues estas son las contribuciones más famosas de la cocina
bajacaliforniana para el mundo.
Con el objetivo de mantener viva la cocina tradicional del
estado, el gobierno organiza frecuentes Festivales Gastronómicos, en los cuales
es posible degustar exquisitos platillos de mar como la langosta estilo Puerto
Nuevo, la paella de Ensenada y los taquitos bajacalifornianos de pescado. Sin
olvidar los vinos de la región Bordeaux mexicana, el Valle de Guadalupe.
Como dato curioso, en la capital del estado, Mexicali, la
comida tradicional es la comida china; por lo que numerosos restaurantes de
esta comida ofrecen al paladar del visitante deliciosos platillos asiáticos.
ARTESANÍAS
Las diversas etnias – Pai-Pai, Kumiai, Cucapás, que habitan
la región se dedican a elaborar ancestrales productos artesanales como son
vasijas de barro, muñecas, juguetes de madera, cestos aromáticos de hoja de
sauce y faldas de corteza de sauce.
Baja california sur
La gran influencia que la evangelización católica ejerció en
la formación de tradiciones y celebraciones que con orgullo festeja el pueblo
de México, podemos observarla hoy en las fiestas del santo patrono de cada
pueblo y ciudad sudcaliforniano. Debido a que la invasión del hombre europeo
durante la conquista española trajo consigo enfermedades desconocidas para las
etnias indígenas que poblaban la región, estos resultaron casi exterminados
desde finales del siglo XVI; y los rastros de sus costumbres y tradiciones se
perdieron por completo con la imposición evangélica de las misiones católicas
que ahí se instalaron.
Durante las fiestas patronales, muchos bautizos y primeras
comuniones son celebrados alrededor del bullicio generado por la música del
mariachi y los bailes populares, las peleas de gallos y las carreras de
caballos. Para cerrar con broche de oro disfrutando de sendos banquetes de
típicos platillos mexicanos como la carne asada en leña de mezquite, los
tamales, las tortillas de harina y la barbacoa.
Algunas de las festividades más grandes o destacadas son las
fiestas patronales de San José del Cabo, San Francisco Javier, San Bartola,
Santa Rosalía, La Purísima, Miraflores y Todos Santos.
La cultura del deporte en el estado es también una
tradición. En él se celebran las Olimpiadas de Baja California, sin embargo, en
los últimos años esta área había quedado rezagada en cuanto a desarrollo de
infraestructura y promoción principalmente. A inicios del año 2007, el gobierno
estatal anunció un proyecto de impulso al deporte en un plan de desarrollo de
cuatro años. En éste, está contemplada la construcción de una unidad deportiva
con estadio de fútbol en Cabo San Lucas con capacidad para 10,000; una pista de
atletismo para Comondú; la unidad deportiva de Guerrero Negro; entre otras. Así
como el desarrollo de los deportes acuáticos que pueden ser realizados en la
Bahía de La Paz, tales como remo, canotaje, vela, veleo, etc.
Campeche
1. FIESTAS
Fiesta del Cristo Negro de San Román
San Román Mártir es el Santo Patrono del estado de Campeche,
el cual es objeto de gran veneración por parte de todos sus habitantes. Y es
que en 1565, poco después de fundada la Villa de San Francisco de Campeche,
ésta resultó muy dañada por el ataque de una plaga de langostas que azotó la
península. Entendiendo tal infortunio como un castigo del cielo, los habitantes
de la villa decidieron echar a la suerte la elección de un santo que fungiera
como patrono protector. Y para la construcción del templo donde se le rendiría
culto se mandó pedir un cristo negro que arribó de Europa. Así, nacen las
fiestas del Cristo Negro de San Román.
Carnavales
Con origen hace 450 años, los carnavales celebrados en el
estado de Campeche son testimonio del legado español en suelo mexicano. Así,
cada mes de febrero, se celebran a lo largo del estado estas festividades
populares, en donde destacan actividades como el desfile del entierro del mal
humor, el desfile de las flores, concursos de disfraces y de carros alegóricos,
festivales musicales y las coronaciones de los reyes de cada carnaval.
Día de Muertos
A pesar de ser una celebración que se realiza en gran parte
de México, el origen maya de estas tierras le confiere una particular
importancia. Por lo que, a partir del 31 de octubre inician las peregrinaciones
hacia los panteones para recordar con alegría a los muertos y los días 1 y 2 de
noviembre se montan los altares con las ofrendas con que estos se deleitarán,
particularmente el pibipollo, platillo típico campechano.
2. MÚSICA
Los campechanos se distinguen, como gran parte del pueblo
mexicano, por su algarabía y su pasión por la música y la danza. Como
testimonio de esto, se cuentan entre sus bailes representativos más de una
docena de jaranas nacidas de la historia de este vivaz estado costero.
Entre las jaranas (bailes zapateados típicos de la Península
Yucateca que comprende además a Quintana Roo y a Yucatán) más importantes
podemos mencionar las Chancletitas – en alusión al calzado popular de las
campechanas; la Guaranducha con influencia negra; el Pichito Amoroso – en
imitación de los movimientos del pájaro del mismo nombre, quien se distingue
por ser el ave más amorosa de entre todas las aves; los Aires Regionales; el
Jarabe Cubano; el Baile del Almud; La Flor de la Malagueña con marcados
orígenes españoles; el Jarabe Gatuno – alguna vez prohibido por sus
inapropiados movimientos y el Fandango, entre otros.
3. GASTRONOMÍA
La destacada cocina campechana es fruto exquisito de la
mezcla de las cocinas maya, española y pirata europea; y es hoy testimonio de
la cultura de su gente.
El alegre vendedor ambulante ofrece sus manjares con
populares rimas que a gritos avisan de su paso a las cocineras del hogar.
Mientras los hombres acuden a los mercados a comprar el resto de las provisiones,
costumbre que proviene de la época en que por miedo a los piratas, las mujeres
se quedaban resguardadas en casa. Al llegar la hora de la comida, el platillo a
degustar corresponde al día de la semana en turno, pues como costumbre, el menú
de la semana se repite a la semana siguiente y a la siguiente y a la siguiente.
El suculento y abundante menú de la cocina campechana es
imposible de enumerar. Algunos de los platillos con ingredientes de mar
incluyen el pan de cazón, los pescados papaché, sierra, esmedregal, rubia,
pámpano, cherna, mantarraya, pargo dientón, ángel y muchísimos otros. Los
camarones de sus aguas son los más solicitados en todo México; de entre todas
sus clases, los camarones pequeños campechanos son los más sabrosos.
Otros platillos que se destacan por su sabor único son el
pibinal, los tamales rellenos y los chiles rellenos y las salsas preparadas a
base de chile habanero o de achiote.
4. ARTESANÍAS
Destaca la fabricación del sombrero de panamá, que contrario
a toda creencia no es elaborado en el país del mismo nombre. Los hombres
artesanos de Becal, Campeche que se dedican a la elaboración de estos sombreros
tejidos a base de palma de jipi, deben internarse en pequeñas cuevas húmedas,
ya que la fibra es muy delgada y sólo en estas condiciones puede moldearse y
lograr los exquisitos tejidos que las hábiles manos de los creadores logran.
Además, en el resto del estado se practican el antiguo arte
de la alfarería (arte en cerámica), talabartería (arte en cuero), artesanías
con objetos de mar como conchas y caracoles, entre otras.
Chiapas
La feria más grande es la de Chiapa de Corzo, en esta
localidad, cada año se visten de fiesta sus habitantes desde el día 8 de enero
hasta el día 23 del mismo mes. Durante las 3 semanas de festejo se celebran a
los santos patronos de San Antonio Abad y al Señor de Esquipulas, también se
representa el combate naval que sostuvo la gente de Chiapa de Corzo contra los
españoles en el Rio Grijalva. Los fuegos pirotécnicos, los desfiles, las
grandes comidas, los bailes, y los disfraces de “parachicos” y chiapaneca
inundan las calles de algarabía y color, durante la feria más concurrida de la
región.
Los Parachicos. Cuenta la leyenda que una adinerada mujer
española llegó a Chiapa de corzo proveniente de la antigua ciudad de Guatemala
a mediados del siglo XVIII, se llamaba Doña María de Angulo. El motivo de su
viaje era la enfermedad de su pequeño hijo. Una vez que encontró a un curandero
al que buscaba, su hijo sano y feliz regresó los dos a su hogar. Años después,
toda la región de Chiapas se vio asolada por plagas de langostas que acabaron
con todos los sembradíos y esparcieron hambre y enfermedades entre la
población. Ante tal catástrofe, Doña María de Angulo regresó a Chiapa junto con
sus sirvientes para repartir frijol, maíz, gallinas y dinero como muestra de
agradecimiento por la sanación de su hijo. Por esto, cuando sus sirvientes
repartían las monedas, gritaban “para el chico, para el chico”, en referencia a
los pequeños chiapanecos.
Con motivo de esta buena obra, los habitantes de Chiapa de
Corzo hacen el desfile de Los Parachicos, donde una pequeña es elegida para
representar a la generosa señora y repartir dulces entre todos los niños.
CARNAVAL DE TUXTLA
Dentro de los límites de la capital chiapaneca habitaba la
etnia zoque. Como resultado de la conquista española, sus miembros festejaban
cada año, durante la semana santa el carnaval zoque. Esta celebración conjugaba
elementos de la nueva religión judeocristiana con tradiciones prehispánicas
zoques. Los elementos de la música y la danza tenían el lugar principal al
representar varias danzas como el Baile de las Viejas, “Suyu-Etzé”, y el Baile
de las Espuelas, “Tonguy-Etzé”. El baile principal de esta celebración era el
de la Pluma de Guacamaya o del Danzante, “Napapuc-Etzé”, durante el cual los
hombres de la etnia se vestían de mujeres y danzaban al ritmo del tambor y el
pito.
Sin embargo, la desaparición de esta comunidad se llevó
consigo los elementos originales de la feria y dio lugar al carnaval mestizo de
Tuxtla. Celebrado en las mismas fechas, el nuevo carnaval ha incorporado
elementos de la cultura moderna como la coronación de un rey feo y la reina del
carnaval, el entierro de Juan carnaval, el desfile de carros alegóricos, y
diversos concursos como el de la cerveza y los pasteles, entre otros.
CARNAVAL DE SAN JUAN CHAMULA
Al ritmo de la danza del Bolonchón, los hombres chamelas
bailan vestidos de mono “mash”, para después realizar una carrera frente a la
iglesia del pueblo en donde pasan sobre brasas ardiendo.
MEDIOS DE COMUNICACIÓN
Como respuesta a las condiciones de desigualdad y
discriminación en que viven los pueblos indígenas de México, y particularmente
de los que residen en tierras chiapanecas, la sociedad civil ha creado
distintos grupos de apoyo tales como el Centro de Medios Independientes de
Chiapas. Este centro, que cuenta con pares en grandes ciudades del mundo como
Seattle, Melbourne y Praga, se dedica a difundir libre y gratuitamente
cualquier noticia relacionada con la lucha indígena por el mundo.
MÚSICA
El canto y son de los antepasados indígenas a su paso por
las espesa Selva Lancadona, por los refrescantes Lagos de Montebello, y por la
fría Sierra del Soconusco hoy es difícil de escuchar… Sin embargo, su legado
musical perdura en un instrumento reconocido internacionalmente de manufactura
mexicana, la marimba.
La marimba como hoy la conocemos, ha sufrido diversas
transformaciones físicas que han permitido que grandes maestros musicales
chiapanecos como Manuel Bolán, Corazón de Jesús Borraz, Rafael de Paz y
Federico Álvarez del Toro hayan perfeccionado su ejecución para llevar a
Chiapas a las audiencias más importantes del mundo.
Por otro lado, algunas de las etnias, como los zoques,
mantienen vivas sus tradiciones musicales y los instrumentos que las hacen
posibles, como tambores y pitos. Otras, como los tzotziles, se adaptaron al
cambio que significó en sus sociedades la conquista española y adoptando los
instrumentos musicales que los europeos introdujeron, como la guitarra y el
arpa, acompañan sus celebraciones.
Chihuahua
Las difíciles condiciones de la geografía chihuahuense
dieron forma al carácter de sus habitantes, quienes al igual que la mayoría de
sus compatriotas norteños han forjado su tenacidad y perseverancia gracias a la
dura labor que significa obtener del árido suelo algo de alimento y agua para
el sustento de su familia y su ganado. Esto, aunado a la característica
hospitalidad y buena disposición de ayudar de los mexicanos, conforman el
perfil del afanoso chihuahuense.
Es así que, en un suelo poco propicio para la agricultura,
los colonizadores europeos, misioneros e indígenas aprendieron a desarrollar
técnicas para conservar los alimentos ya que los periodos de cosecha eran
breves y escasos. Así, nacen los chacales (maíz seco), chile pasado, conservas
de frutas y frutas deshidratadas, carne deshidratada o cecina, y el famoso
“queso ranchero” hecho de leche de chiva o de res. Estos ingredientes adquieren
un característico sabor que los diferencia de los naturales, agregando a los
guisados chihuahuenses una sazón muy peculiar.
Sin embargo, esto no desmotivó a los habitantes
prehispánicos de la zona conocida como Paquimé o de Casas Grandes a desarrollar
una gran ciudad con construcciones de hasta 4 pisos hermosamente decoradas con
artísticos objetos de cerámica. Además de su desarrollado gusto por la
alfarería, se descubrieron grandes jaulas de aves exóticas provistas de
calefacción y patios para el juego de pelota.
Por lo que hoy, la sociedad chihuahuense está conformada por
grupos indígenas que aún conservan sus raíces y tradiciones muy arraigadas.
Actualmente, el grupo principal en número e influencia cultural en el estado es
el de los tarahumaras. Habitantes originales de estas tierras, fueron forzados
a retirarse a vivir en una porción de las montañas de la Sierra Madre
Occidental, hoy conocida bajo el nombre de Sierra Tarahumara. Como sucede en el
resto del país, este grupo étnico se encuentra entre los más pobres y
marginados del estado. Parte de su economía se sustenta con la venta de sikolís
y bitikolís, ollas y vasijas de barro y textiles y joyería de chaquira que
ofrecen en sitios turísticos del estado.
Otro grupo cultural de gran influencia en la vida económica
y cultural de Chihuahua es el de los menonitas. A principios del siglo XX,
obteniendo excepcionales concesiones de parte del gobierno mexicano en turno,
el Gral. Álvaro Obregón, llegaron a la comunidad de Santa Clara cientos de
familias menonita procedentes de Canadá, pero originarios de Holanda. Su origen
europeo, su religión única, la frugalidad que rige cada aspecto de su vida y su
característica dedicación al trabajo comunitario llegaron con todos ellos para
quedarse; y hoy, Ciudad Cuauhtémoc, Chihuahua es una floreciente comunidad de
origen menonita.
Un capítulo vergonzoso y triste no sólo en la historia de
Chihuahua sino de todo México, es el de los feminicidios ocurridos en Ciudad
Juárez. A partir de la década de los noventa, el auge económico estadounidense
llegó a la frontera mexicana en forma de maquiladoras de exportación que
abrieron oportunidades a muchos mexicanos y mexicanas. Las mujeres trabajadoras
de Juárez sin embargo, vieron cómo esta oportunidad se convirtió en tragedia
cuando a partir de 1993 comienzan a ser víctimas de cruentos asesinatos y
misteriosas desapariciones que a la fecha continúan impunes. La trascendencia
de esta violencia misógina ha trascendido fronteras. Activistas de los derechos
humanos, artistas y políticos del mundo se unen a los clamores de los
familiares de las víctimas, quienes reclaman justicia para sus mujeres, para
las hoy famosas “muertas de Juárez”. Al respecto, el afamado escritor
latinoamericano Carlos Monsiváis ha denunciado la corrupción de las autoridades
mexicanas, quienes hoy en día han tenido que hacer grandes cambios en los altos
mandos de las autoridades juarenses, asignando por ejemplo, como Fiscal Federal
y Procuradora del Estado a mujeres que han decidido trabajar en conjunto con la
sociedad civil. La cual está organizada en activas asociaciones como son
“Nuestras Hijas de Regreso a Casa”, “Mujeres por Juárez” y “Voces Sin Eco”. En
2007 se anuncia el estreno de la película “Bordertown” o “Ciudad del Silencio”
protagonizada por la estrella hollywoodense Jennifer López y que aborda esta
trágica realidad.
Coahuila
Las duras condiciones climáticas que imperan en la zona han
hecho de los coahuilenses hombres perseverantes y trabajadores. Pero no por eso
menos alegres o amantes del color que el resto de los mexicanos.
La elaboración de los coloridos sarapes de lana es un arte
traído a Coahuila por los indígenas tlaxcaltecas. Las danzas campesinas que
festejan la recolección de sus cosechas como el Jarabe Pateño y la Danza de la
Lechugilla, o las adaptaciones de bailes europeos como la Contradanza, Polea,
Redova y Chotis, alegran las reuniones coahuilenses.
La gastronomía norteña que predomina en los estados de
Coahuila, Chihuahua, Sonora y Nuevo León está compuesta por ricas tortillas de
harina, carne asada, carne seca y cabrito al pastor. En Coahuila además, la producción
vinícola de Parras viste las mesas con exquisitos vinos y licores de mesa 100%
mexicanos. También, en Saltillo la elaboración de cajeta, ate de membrillo,
conservas de frutas como guayaba, membrillo, durazno y chabacano, es una
tradición generacional
Colima
El colimense, colimota, colimeño como prefiera llamarle, es
tranquilo, relajado, hospitalario, feliz. Sentado bajo la apacible sombra de
una palmera en una de las tantas plazas de la ciudad, se refresca bebiendo
sorbos de una fría tuba. A su alrededor, pintorescas casas adornan las calles y
numerosas palmeras cocoteras se mecen al compás del dulce viento con olor a
sal.
Uno de los grandes placeres de los colimeños es la cocina.
Debido a lo cual numerosos platillos típicos adornan sus mesas, preparados
principalmente a base de maíz, frutas, carne de cerdo, pescados y mariscos.
Diversas variedades de tamales de maíz, sopes cubiertos de picadillo, de pata,
de lomo o de pollo; langostinos de río preparados en caldo moyos o cangrejo
moro guisado a la diabla, pozole de cerdo y el tatemado de carne de cerdo
deleitan los paladares de locales y visitantes. Además, se distingue por su
originalidad el cebiche colimeño y el pescado a la talla. También, los dulces
postres de frutas como alfajor de piña, cocada, rollos de guayaba, plátanos
deshidratados y dulces de tamarindo destacan por su rico sabor.
Para refrescarse basta con buscar un “tubero”, personaje
típicamente colimeño que no duda en trepar por una palmera para bajar con lo
que será el néctar que sofocará cualquier calor, la tuba. Y es que, aunque
originario de Filipinas, en México el tubero es colimeño. Profesión transmitida
de generación en generación, el tubero obtiene la espiga de flores de la palma
de coco para preparar una refrescante y deliciosa bebida que junto con el
tejuino y el bate forman parte de la tradición colimeña de bebidas naturales.
El “mariachi de arpa”, que sustituye a la tradicional
trompeta por un arpa), es la expresión musical típica de los colimeños. Al
compás de los sones y jarabes más tradicionales alegres danzantes y devotos
festejan alguna de las muchas fiestas patronales católicas de cada comunidad.
Los sones más representativos del estado son El Camino Real de Colima, Las
Comaltecas, El Perico Loro, El Palmero, El Pasacalles, La Iguana de Tecomán, El
Pedregal, LE Pitayero y Los Morismas.
Los tejidos de otate, de carrizo y del zopilotote construyen
hermosas artesanías de gran valor artístico. Los artesanos de Suchitlán
producen todo tipo de canastas y cestos que han dado a la región fama
internacional.
También motivo de orgullo son las pinturas históricas del
muralista Jorge Chávez Carrillo, artista colimeño dedicado a contar la historia
mexicana a través de la expresión plástica. Otros pintores importantes son
Gabriel Portillo y Francisco Vázquez
Durango
Al igual que sucede con el resto de la cultura mexicana, la
cocina duranguense es fruto del mestizaje. El más antiguo y famoso plato de su
gastronomía es el Caldillo Durangueño, preparado a base de carne de res,
tomate, cebolla y chile verde y condimentado con sal y comino. Su éxito se debe
a que los vastos pastizales del territorio promovieron la ganadería de reses y
estas se convirtieron en el alimento más barato y abundante.
Algunos platillos españoles que aún se conservan como parte
de la cocina en el estado son la paella a la valenciana, callos a la madrileña
y fabada de Asturias.
La artesanía como expresión no sólo artística sino también
utilitaria se expresa en forma de cestería, el arte de tejer fibras de ixtle,
sotol, tule y varas de mimbre, sauce y álamo, para elaborar cestas, bolsas,
petates, y otros. La fabricación manual de artículos de cuero y la alfarería se
encuentran en los municipios de Durango, Poanas y Villa Unión.
Además, los grupos indígenas de la zona, particularmente
tepehuanos, huicholes y tarahumaras, elaboran artículos de consumo interno y
como único medio de subsistencia en algunos casos. Los primeros elaboran arcos
y flechas y cobijas de lana; los huicholes ofrecen al visitante bonitas bolsas
y accesorios de chaquira multicolor.
Un grupo indígena que llama la atención particularmente es
el de los mexicaneros, cuyo origen se desconoce y que habitan en las barrancas
del suroeste de la Sierra Madre Occidental duranguense. Debido a la ubicación
de sus asentamientos, alejada de carreteras y caminos transitados por el hombre
moderno, su cultura mantiene fuerte influencia de la cosmovisión mesoamericana.
Así, su actividad de subsistencia es la agricultura donde siembran
principalmente maíz y calabaza. Y sus manifestaciones culturales giran alrededor
de calendario agrícola, en donde los llamados “mitotes” agradecen la cosecha,
piden lluvia y bendicen frutos. Estas celebraciones duran 5 días de cada una de
las 5 temporadas de cultivo al año. El carácter ceremonial es llevado por un
“mayor” cuya preparación de 5 años hace posible que desempeñe el papel de
director del
Mitote. Chicos y grandes participan con ofrendas y danzas en
donde cada momento del día – salida del sol, cenit y puesta del sol- son
observados. Cabe añadir, que además festejan con igual pasión la Semana Santa,
la Candelaria, las fiestas de San Pedro y el Carnaval mestizo.
En Hollywood, los escenarios duranguenses son reconocidos
por su participación en grandes filmes de western norteamericano. La primera
película filmada aquí fue en 1954, titulada “White Feather” (“La Ley del
Bravo”) producida por la 20th Century Fox. Años después, la fiebre por filmar
en estas cálidas tierras se desató y las calles de Durango se volvieron hogar
de grandes estrellas del cine internacional como Charlton Heston, Nick Nolte,
Autrey Hepburn, Anthony Quinn, Charles Bronson, Shelley Winters, Rock Hudson,
John Wayne, Burt Lancaster, Bob Dylan y Richard Gere, entre muchos
Estado de México
La gran extensión y diversidad que alberga el Estado de
México hace imposible que hablemos de una gastronomía generalizada para toda la
entidad, a excepción claro está del uso preponderante del maíz en la dieta de
todos los mexicanos del país, ya que tendríamos que obviar las características
muy peculiares de cada comunidad como es el caso de Aculco, cuyos productos
lácteos y en particular sus quesos, son gran motivo de orgullo local y
reconocimiento regional. Naucalpan de Juárez es un pueblo “añejo” y por lo
tanto es muy celoso en la protección de antiguas recetas culinarias como los
platillos preparados a base de carne de venado, conejo, gusanos de maguey,
armadillos y charales entre otros. Mientras que Toluca es famosa por su chorizo
toluqueño, cuyo ingrediente secreto es el chile jaral y vinagre; además de los
ricos tacos de plaza y guisos con un poco de carne de res o cerdo cuya base es
el resto de verduras y condimentos que le dan su peculiar y exquisito sabor.
Gracias a este mosaico de culturas vivas, en el Estado de
México se mantienen vivas muchas costumbres y tradiciones de nuestros pueblos
ancestrales, como son la celebración de antiguas
Fiestas religiosas paganas o las resultantes de la mezcla de
estas con las enseñanzas impuestas por los misioneros católicos, el más claro
ejemplo está en la Celebración del Día de Muertos, en donde la antigua
percepción indígena del suceso era el de un estado consecuente y festivo en la
vida de cada individuo y cada familia, razón por la cual se organiza una gran
fiesta para velar a los que ya están en la siguiente etapa. También se celebran
con importancia en el estado, la Semana Santa y la Hermandad de los Crucíferos.
En el Estado de México aún habitan descendientes directos y
hablantes de la lengua nativa de algunas de las tribus que habitaban la zona a
la llegada de los conquistadores españoles en el siglo
XVI. Mazahuas, Matlatzincas, Nahuas, Otomíes y Tlahuincas
habitan las localidades de Teotenango, Valle de Bravo, San Felipe del Progreso,
El Oro, Jocotitlán, Villa de Allende, Atlatcomulco, Almololya de Juárez,
Texcoco, Tenango del Valle, Amecameca, Toluca, Metepec y Ocuilan,
principalmente.
Guanajuato
La principal actividad artesanal del estado es la
talabartería, zapatos, bolsos, cintos y monederos de cuero de calidad
internacional se ofrecen al público en exposiciones alrededor del mundo.
Asimismo, se ofrecen al visitante hermosos objetos de alfarería producida en la
Sierra Central, los Altos y el Bajío del estado. Además de los objetos y
muebles de madera del municipio de Apaseo El Alto cuya técnica se transmite de
generación en generación y la cerámica de alta temperatura de Tarandacuao.
Otro aspecto destacado de la cultura guanajuatense son sus
danzas, las cuales se realizan con motivo de alguna fiesta patronal como el día
de la Virgen del Refugio, el día de la Virgen del Carmen, el día de la Virgen
de los Remedios, el día de la Inmaculada Concepción y el día de María
Auxiliadora, entre otros. Al igual que en otros estados, las danzas
guanajuatenses reflejan el modo de vida de la sociedad a lo largo de la
historia, a veces con motivos de orgullo, otras con el afán de hacer denuncia
social y liberar frustraciones. Las siguientes danzas folclóricas son aún
realizadas por los bailarines locales, danza de los Viejitos, de los Franceses,
de los Moros, de los Chichimecas, de los Sonajeros, del Plumero, de los Pames,
de los Compadres y de los Toreritos.
La gastronomía guanajuatense se destaca por la variedad de
sus platillos, ya que cada región hace alarde de la autoría de diversos guisos.
Por ejemplo en Comonfort, destacan los nopalitos al pastor, el adobo seco, las
fritangas de pobre, la sopa de rabo y el colonche, bebida de tuna fermentada.
En Salamanca es famosa la barbacoa de borrego o de chivo; en Celaya la cajeta y
los dulces de nuez destacan por su sabor y en Dolores Hidalgo sorprende la
variedad de sabores de sus afamadas nieves, entre ellos nieve de camarón,
tequila, mole y elote. También son famosas en el estado las pacholas
guanajuatenses, el fiambre estilo San Miguel de Allende, los tumbagones, los
chiles palominos, la gelatina de pavo y lengua, las rosáceas y las sopas de
amor.
Sede de importantes eventos culturales en el país, en 1972
nace en la ciudad de Guanajuato, el Festival Cervantino como un homenaje
cultural en honor al escritor Miguel de Cervantes; sin embargo, la popularidad
que ganó este festival trascendió fronteras y hoy el Festival Internacional
Cervantino es la muestra cultural más importante de Latinoamérica. En su
programa actual se realizan conciertos, obras de teatro, exposiciones,
performances, venta de artesanías, talleres literarios, entre muchas otras
actividades culturales. El festival se realiza en los meses de octubre y
noviembre de cada año.
Otro gran evento cultural es la Bienal Diego Rivera, en honor
al gran pintor muralista guanajuatense. Diego Rivera fue fundador del Colegio
Nacional y fue un afamado pintor con exposiciones en Estados Unidos y Europa.
Además, fue esposo de la internacionalmente reconocida pintora mexicana Frida
Kahlo.
Guerreo
La riqueza cultural guerrerense es uno de los acervos más
grandes del país. Son de reconocimiento internacional sus delicadas artesanías
de laca, plata y oro, sus exquisitos bordados textiles y suculentos platillos
con influencia de distintas cuturas.
Con influencia indígena, española y francesa, la cocina en
Guerrero es motivo de celebración. La congregación francesa de la orden del
“Verbo Encarnado”, dejaron un legado culinario en la sociedad guerrerense del
siglo XIX. Así, el mole de jumil típico de Taxco, los pichones y codornices de
Iguala, el pulpo enamorado de Acapulco y los panques de arroz en Teloloapan son
sólo una pequeña muestra.
De procedencia hispana e indígena, se preparan hoy en día
deliciosas memelas, atole blanco, pozole verde, chilpancingueñas, marquesote
chilapeño y semitas mixtlecas.
una de las artes más tradicionales de Guerrero es la
alfarería, las manos de los artesanos mezclan barro con pedazos de algodón para
producir bellos jarrones, cántaros, ollas y esculturas que al secarse serán
hermosamente decorados con pincel. La tradición indígena en la elaboración de
estas piezas le concede un gran valor artístico a la producción alfarera de los
municipios del valle central del estado como son Zacoalpan, Nuitzalapa,
Atzacualoya, Tixtla, Zumpango de Neri y Huitzuco.
La “Feria Nacional de Plata” es celebrada en Taxco, capital
de la orfebrería en plata en México. La orfebrería en oro se produce en Iguala,
Ciudad Altamirano, Coyuca de Catalán, Arcelia y Ometepec.
Las artesanías elaboradas con laca de madera de linaloe
provienen de las comunidades de Olinalá Temalcalcingo, Ocotepec y
Acapetlahuaya. El particular aroma de esta madera las distingue en mercados
internacionales, en donde se pueden encontrar las tradicionales cajitas,
charolas, máscaras y joyeros además de biombos y marcos.
También, los dibujos que decoran los objetos encontrados en
el mercado artesanal de Xalitla gozan de fama internacional. Los dibujantes guerrerenses
son contratados en México y el extranjero para pintar hermosos murales.
Las mujeres indígenas de las comunidades mixtecas, amuzgas y
nahoas aún visten de forma tradicional, hilando y tejiendo ellas mismas los
intrincados y coloridos patrones de cada pieza de su vestimenta. Manteles,
servilletas, rebozos y huipiles, de calidad internacional se tejen en los
telares de las comunidades indígenas de Tlacoachistlahuaca y Xochistlahuaca,
Yoloxóchilt y Chilapa.
Hidalgo
Hidalgo es uno de los estados de la República Mexicana que
conserva más vivas las tradiciones de nuestros ancestros indígenas, como
resultado, la riqueza cultural que exhibe en cada aspecto de la vida de su
comunidad es símbolo de orgullo nacional.
Así, experimentar la cocina hidalguense puede ser una de las
experiencias culinarias más inolvidables para cualquier paladar, ya que además
de la diversidad de platillos típicos, destaca por contar con platillos tan
exóticos como exquisitos. Prueba de esto son los platillos de origen
prehispánico que aún adornan las mesas hidalgueñas, como los mixtotes,
envueltos de carne enchilada sobre la piel del maguey; los chinicuiles, o
gusanos rojos del maguey; los gusanos blancos en tacos o fritos con
mantequilla; los escamoles al ajillo o huevecillos de hormiga roja; y el
zacahuil, tamal gigante de cerdo o carne de pavo envuelto en hoja de plátano.
Algunos otros platillos tradicionales son las empanaditas de harina y papa
llamadas pastes, la carne de barbacoa, y los dulces típicos de leche, de
piloncillo con nuez, de fruta cristalizada, de tuna, de muégano o de piñones. Y
así como la variedad de ingredientes es sorprendente, también se utilizan
diversas formas de preparación, como los antiguos hornos de tierra, con los que
se cocinan las ardillas enchiladas, la barbacoa de cordero y el mole de conejo.
La oferta artesanal del estado es también de una variedad
sorprendente; algunas de las comunidades que se distinguen por la calidad de
sus productos son Nith, con sus hermosas artesanías de madera con
incrustaciones de concha de abulón; en Cruz Blanca abundan los objetos de
carrizo; mientras que en el Valle del Mezquital el ixtle, la lana y la madera
son la base para elaborar finas creaciones artesanales.
Los numerosos poblados rurales que se ubican en el camino
hacia las grandes ciudades aún practican algunas de las celebraciones indígenas
prehispánicas de la región. Como ejemplo, el pueblo de Tecolitla realiza la
Moxoleua o “destape de los disfrazados” cada mes de diciembre. Esta
gran fiesta consiste en el destape de los disfrazados para
liberarse del mal que el “choto” o diablo les conminó durante las celebraciones
del día de todos los santos en el anterior mes de noviembre; así, los danzantes
se descubren sus rostros para simbolizar la libertad de todo mal al ritmo de
pegajosos sones y a la luz de los encendidos ánimos de los espectadores que
llevan todo el día comiendo y bebiendo para festejar tal acto de purificación.
Con motivo de la aproximación de la Cuaresma, tiempo de
penitencia y reflexión, cientos de comunidades mexicanas celebran los
carnavales. La población hidalguense de Calnali es una de ellas, ya que cada
año, tres días antes de los días santos católicos, las calles se llenan de
música, danza y folclor para celebrar los concursos de disfraces y bailar al
compás del son de los Matlachines, del Viejito, del Comanche o del Chango.
Jalisco
Aunque no se tiene un registro preciso del origen del
mariachi, se sabe que en 1848 ya se quejaban los curas de los pueblos
jaliscienses sobre el ruido que causaban estos grupos musicales. De origen
humilde, se cree que nombre proviene de origen indígena, específicamente de la
lengua nahúatl cocul. Los mariachis más famosos provienen de Cocula, Tecatitlán
y de la Sierra del Tigre. En 1906 se graban los primeros discos con música de
mariachi al mando del jalisciense Justo Villa.
Sin embargo, el conjunto musical del mariachi ha pulido su
imagen con el paso del tiempo y la llegada de la fama, primero, el gran actor
mexicano Pedro Infante popularizó el uso de dos trompetas en el conjunto, ya
que hasta entonces no se utilizaba instrumento de viento alguno. Después, con
la aparición de grandes cantantes de la música vernácula como Jorge Negrete y
Lola Beltrán, se transformó el tradicional atuendo campesino de los mariachis
por el de elegantes trajes que recuerdan al del los antiguos hacendados con
relucientes botas, botonaduras y alamanes. Además, la famosa agrupación
jalisciense el Mariachi Vargas de Tecatitlán, al mando de Silvestre Vargas,
introdujo un importante cambio en cuanto a que los músicos aprendieron a leer
música y a producir un sonido más refinado, ya que anteriormente los mariachis
ejecutaban las canciones “de oído”, es decir eran músicos líricos.
Cuando un mexicano quiere llorar por el amor mal pagado de
una mujer, cuando lejos de su hogar evoca con nostalgia su tierra, cuando lleno
de alegría quiere festejar su buena fortuna, recurre siempre al son del
mariachi y a una botella de tequila… Esto lo sabemos no sólo los mexicanos sino
también los extranjeros, pues se trata de la imagen más conocida que se tiene
de nuestra gente, lo que no siempre se sabe es que tanto el mariachi como el
tequila son productos de origen jalisciense
“Más mexicano que el tequila”, con esta expresión afirman
los mexicanos el noble origen de esta famosa bebida alcohólica. Elaborada entre
las comunidades prehispánicas, a la llegada de los españoles era utilizada como
bebida ritual y se conocía con el nombre de “aguamiel”. La denominación de
origen del tequila le corresponde a los valles cálidos y semicálidos de
Jalisco, lugar donde se encuentra la planta Agave Azul, pues es ésta la
variedad de agave con la cual se produce el más fino y popular tequila.
Actualmente, las comunidades productoras de esta bebida son
principalmente los municipios de Tequila, Amatitán, Arenal y Atotonilco. El
tequila reposado se obtiene de dos destilaciones del líquido obtenido de la
molienda del “mezcal” o corazón del agave; el tequila blanco, ideal para
preparar bebidas mezcladas o de cóctel es obtenido por destilación simple
Michoacán
Uno de los más grandes placeres de los michoacanos se
disfruta a la hora de la comida, y es que la gastronomía michoacana es una de
las más diversas y exquisitas del país. La sopa tarasca, la sopa purépecha, la
sopa de chocolate al metate, el atole negro o de grano, el pescado blanco de
Pátzcuaro y las corundas de maíz, son algunos de los más tradicionales
platillos michoacanos de origen de prehispánico. Los huevos al estilo Virrey de
Mendoza, la crema fría de aguacate, y los chongos zamoranos acompañados de
rompope pueden ser degustados en cualquier establecimiento que se jacte de ser
michoacano. Otros platillos típicos incluyen las enchiladas morelianas, las
corundas michoacanas o tamales envueltos en hoja de maíz; el miguichi, el lomo
de res en pepitoria, el caldo de charal estilo Pátzcuaro, la sopa huitzimangan,
la col en nogada, el chupiro o mole de olla hecho a base de carne de res, chile
ancho y verduras, y los uchepos, o tamales de maíz tierno. Entre las bebidas
favoritas de los adultos están el aguardiente de caña de azúcar, la charanda,
rompope, atole blanco, guacamaya y el licor de membrillo. Sus famosos postres
incluyen además de los chongos zamoranos antes mencionados, la capirotada, el
ate de membrillo, el helado de pasta de Pátzcuaro y los pasteles de plátano y
macadamia; sin olvidarnos de las “aguacatas”, grandes empanadas rellenas de
calabaza en dulce.
Como curiosidad, podemos mencionar que en Torécuato se
inventó la Feria del Atole, en donde puede mostrarse una exhibición de la gran
cantidad de sabores que puede tomar la prehispánica bebida.
En Michoacán de Ocampo, esta fértil producción creativa no
se limita a la cocina, ya que los artesanos del estado también se destacan por
su prolija producción artística. Así, el Palacio de los Artesanos, o Casa de
las Artesanías, es creada en base a la necesidad de promoción y difusión que la
rica tradición artesanal michoacana exhibe. Y es que con la llegada de la
modernidad, los artesanos michoacanos han perfeccionado y aumentado su
producción artística, lo que le confiere una peculiaridad única en el país.
Algunas de las artesanías más populares son, los sillones de
madera y cuero de Apatzingán, la loza cambia de Maravatio, las sillas de madera
de pino de San Miguel Curahuango, las cestas de mimbre y sombreros de raicilla
de Utipitio, los coloridos gabanes tejidos de San Nicolás y destacadamente la
antigua tradición alfarera de Coalcoman
Morelos
La tradición y fe del pueblo morelense es palpable también a
través de las fiestas del Día de Muertos. En Ocotepec, las familias montan los
altares en sus casas para recordar a sus muertos y especialmente realizar las
Ofrendas Nuevas a aquellos que murieron en el último año. En el cementerio, las
tumbas son profusamente adornadas con coloridas flores de cempasúchil formando
cruces, flores u otro objeto decorativo.
La mejor carne de cecina del país se guisa en la cocina
morelense de Yecapixtla, la cual puede servirse acompañada de uno ricos
frijoles “acoyotes” y de postre nieve de Cuernavaca o Tepoztlán en su infinidad
de originales sabores, como son la nieve de aguacate, de rompope, arroz con
leche o elote, además de los tradicionales sabores de frutas o chocolate,
cajeta o vainilla. Pero tal vez una de las mejores partes de la cocina de
Morelos sean sus mercados llenos de color, aromas y variedad de productos,
flores y guisos preparados ahí mismos
El simbolismo indígena mezcla de la nueva fe cristiana es
celebrada durante las celebración del Reto del Tepozteco. El 8 de septiembre de
cada año, en Tepoztlán, Morelia, la comunidad sale en procesión rumbo a la
pirámide del Tepozteco para depositar ofrendas y alimentos en honor de la
conversión del rey Tepoztécatl a la nueva religión católica.
Al igual que en otras entidades mexicanas de gran tradición,
en Morelos se celebran las fiestas del Carnaval durante los días previos a la
celebración de los días santos católicos. En Tepoztlán por ejemplo, se lleva a
cabo uno de los carnavales más populares del estado, donde chicos y grande se
divierten observando las competencias de comparsas musicales para después
disfrazarse con largas túnicas, máscaras y amplios sombreros para danzar al
contagioso ritmo del “brinco del Chinelo”, y es que los chinelos son danzantes
que se distinguen por su gran habilidad y resistencia para saltar y hacer
brincos complicados en su recorrido por el pueblo. Como en cualquier fiesta
folclórica, la comida y la bebida típicas de la región no pueden faltar, así
como el mercado de artesanías morelenses.
Nayarit
Para los huicholes, la planta alucinógena del peyote es la
representación del dios de la inteligencia. Las Plumas de las aves, como la
pluma del gavilán o del águila, son el medio para comunicarse con los dioses.
La flecha ceremonial, cubierta totalmente de hilo es el instrumento más
importante del chamán o hechicero de la tribu, pues por medio de ella puede ver
el futuro, descubrir lo oculto y destruir hechizos.
Proveniente de la redonda isla del Mexcaltitán, el pescado
sarandeado es el platillo más representativo de Nayarit. Y es que la cocina
nayarita, con su larga costa, se distingue por la adaptación de elementos
marinos a los típicos platillos mexicanos, como por ejemplo: las enchiladas,
las chimichangas y los sopes de ostión y los tamales de camarón. La alta cocina
precolombina aún encuentra lugar en los comensales nayaritas, y es que no es
fácil encontrar quién pueda preparar el delicado pero exquisito “tlaxtihuille”
o caldillo de atole de maíz y polvo de camarón. Otros platillos típicos son el
pollo al estilo Ixtlán del Río, el pipian de pepitas de calabaza, los frijoles
puercos, las tostadas de chanfaina o vísceras de puerco, ceviche de pescado o
de camarón, camarones rancheros y pescado tatemado, entre muchos otros. Además
de los postres que reflejan la abundante variedad de dulces frutas como las
cocadas, el plátano pancle, los coyules, la caña de azúcar asada, el pan de plátano,
las aqualamas, los jocuixtles, y el arrayán cubierto de azúcar secada al sol.
Por último, las bebidas tradicionales no pueden faltar en ninguna mesa ni
celebración nayarita, como el tejuino, bebida de maíz fermentado; el licor o el
agua fresca de nanche, según la ocasión; agua de cebada, fresca bebida del
cereal del mismo nombre, y el tepache de piña.
La religión huichol rige la vida de cada miembro y eso se
refleja en cada aspecto de su vida diaria, como por ejemplo con el bordado del
Ojo de Dios, el cual se ofrece en el templo con cada año de vida que cumple el
hijo recién nacido hasta que cumple cinco años y entonces el Ojo se avienta al
mar para dar gracias por haber sobrevivido a los primeros años de vida. De ahí
en adelante, el niño ya puede llevar sus ofrendas al dios sol, luna o estrella
de la mañana por él mismo.
Nuevo león
La “carne seca” de origen indígena y el “machito” de origen
español, conviven en la mesa con deliciosos platillos mestizos como el cabrito
al pastor, los frijoles borrachos, el asado de puerco, las agujas y el corte de
res único de la región, la arrachera. El origen ganadero de la zona le confiere
una dieta muy alta, sino es que exclusiva, en carnes. La carne asada con
salchicha, carne de res, pollo, quesadillas, guacamole y cerveza es el mejor
pretexto para reunir a la familia y a los amigos en una ocasión de estrecha
convivencia.
En la cocina regiomontana también encontramos carne zaraza
de Montemorelos, papitas de Galeana, las dulces glorias de Linares, y el pan de
Bustamante, cada uno originario del municipio del mismo nombre. Así son los
regiomontanos, de hablar brusco pero honesto y ante todo muy trabajadores y
responsables. Famosos por su dedicación al trabajo arduo y por su conservadora
moral, gustan de disfrutar los fines de semana en familia y con una buena
comida.
Las expresiones culturales en forma de danza y música, las
comparte en su mayoría con las del resto del norte del país. Las danzas traídas
de Europa como la polca, el shotis y redova; además del huapango o jarabeado
nuevoleonés, originario de las comunidades de la Huasteca.
A pesar de que el folclor regional no es muy vasto ni está
muy arraigado entre los neoloneses, actualmente la capital del estado se
distingue por la cada vez más amplia oferta cultural que exhibe. Foros como el
Teatro de la Ciudad, escenario de numerosas obras de teatro, conciertos y de la
gala que cada temporada presenta la compañía del Ballet de Monterrey; MARCO, el
Museo de Arte Contemporáneo, cuya exhibición permanente de obras
latinoamericanas es la más grande del continente; el Parque Fundidora, antiguo
recinto acerero hoy se ha convertido en un complejo cultural y de negocios
representativo de la ciudad de Monterrey al contar con ciclopistas abiertas al
público, una pinacoteca, el centro de las artes, el Horno Trex Museo del Acero,
una pista de patinaje sobre hielo, la Cineteca de Nuevo León, sede de
festivales locales, nacionales e internacionales de cine de cámara alternativa
o de arte como también se le conoce, la Arena Monterrey donde se realizan
conciertos y otros espectáculos, además del Auditorio Coca-Cola, y el gran
Centro de Convenciones de CINTERMEX; entre muchos otros.
Oaxaca
La gastronomía oaxaqueña es famosa internacionalmente debido
a la complejidad de muchos de sus platillos y a la selección de ingredientes
que participan en la elaboración de moles, memelas, tamales y chapulines. Y es
que los moles por ejemplo, varían en la variedad de chiles utilizados para su
elaboración, además de una veintena de ingredientes que hacen de este, uno de
los manjares más exquisitos de la gastronomía de México. Además, exóticos
ingredientes se transforman en mestizos platillos que adornan las mejores
cocinas de los restaurantes gourmet mexicanos como son los pequeños chapulines
colorados y hormigas. No olvidemos también los famosos tamales oaxaqueños
envueltos en hoja de plátano, las originales entomatadas y el fríjol negro de
Oaxaca. Sin olvidarnos de la tradicional bebida oaxaqueña, el mezcal, “bebida
de los dioses”. Actualmente ya con denominación de origen, esta bebida también
la puede saborear con el toque característico que le da el gusanito frito que
se encuentra en la raíz del maguey y en forma de crema de mezcal de piña, de
coco, de nanche, de almendra o de café, entre muchos otros sabores.
La fértil tierra oaxaqueña es madre de grandes artistas y
personajes de nuestra historia entre ellos Rufino Tamayo, afamado pintor y
muralista del arte mexicano, reconocido internacionalmente como uno de los más
grandes artistas de nuestro país; Alfredo Canseco Feraud, pintor del folclor de
su tierra; Luis Zárate y Rodolfo Nieto, pintores. Además de ser cuna de dos de
los más importantes dirigentes de México y ejes determinantes de la historia
nacional, Don Benito Juárez, llamado el “Benemérito de las Américas” y el
General Porfirio Díaz.
Prolífica cuna de la cultura y el arte mexicanos, Oaxaca es
un paraíso en donde las formas, los colores y los aromas del México
prehispánico se funden con la modernidad en cada aspecto de la vida cotidiana.
Los bellos cántaros de barro negro, los textiles multicolores que salen de sus
telares y los exóticos alebrijes que se conciben en la mente de su creador son
sólo algunos ejemplos de la gran variedad de artesanías de calidad que en sus
tierras se elaboran. La mágica concepción del mundo de nuestros antepasados y
el catolicismo misionero del siglo XVI dan origen en Oaxaca a uno de los más aclamados
espectáculos folclóricos de México y del mundo, la Guelaguetza, en donde los
trajes típicos indígenas y las milenarias danzas folclóricas reproducen las
costumbres, tradiciones y cosmogonía de los pueblos mexicanos de la región.
Actualmente uno de los estados más fervientes de la religión católica, en
Oaxaca se celebra con particular algarabía a numerosos santos y concepciones de
la virgen María. Entre ellos destacan las fiestas de la milagrosa Virgen de
Juquila, la morena Virgen de Guadalupe, la Virgen de la Soledad, el Santo
Cristo de Tlacolula y Semana Santa, entre muchas otras.
Puebla
Numerosas leyendas intentan explicar el origen de muchas de
las tradiciones poblanas, las cuales son hoy símbolo de la identidad nacional.
Y a pesar del gran debate sobre el origen del traje de la China Poblana, lo
cierto es que es un bello atuendo que resalta los rasgos de la mujer mestiza
mexicana.
De la misma manera, la cocina de casa hogar en Puebla, se
enorgullece de ser creador de los famosísimos chiles en nogada, los cuales se
crearon para recibir al victorioso ejército trigarante al mando de Agustín de
Iturbide al culminar la Independencia Mexicana. Así, cada 28 de Agosto, en
celebración de la entrada del héroe insurgente, se elabora este exquisito y
representativo platillo tricolor. Otros platillos típicos de la gastronomía
poblana son las chalupas, las cemitas o panes con ajonjolí, y el
internacionalmente reconocido, mole poblano. Tradicionalmente, las monjas de
los conventos poblanos eran muy buenas cocineras, y a las cocineras del
convento de Santa Rosa se les atribuye la creación de este suculento guiso. Y
es que el misterio sobre su elaboración, la cual se lleva a cabo utlizando más
de una docena de ingredientes tan diversos como el chocolate, el chile pasilla,
frutas secas, cacahuate y semillas permite disfrutar aún más este legado
mestizo.
Cuenta la leyenda que una bella princesa traída a México
como esclava y proveniente de la India Oriental, fue la creadora del traje de
China Poblana. Según se dice, sus extrañas y coloridas ropas indias las
mezclaba con ropas indígenas mesoamericanas y europeas españolas, y que de ahí
nació el famoso traje mexicano…
Si dividimos la cocina poblana en zonas, por grupos de
influencia cultural tenemos que en la sierra nororiental los platillos típicos
más destacados son los hongos azules con salsa de tomate, las lentejas con
puerco, el tamal de conejo y el popular mixtote de conejo. Mientras que en la
sierra del norte, las cocinas huelen a chiles huachinangos curtidos, pan de
queso, pollo encacahuatado, cecina de la sierra del norte y café. Algunos de
los platillos de origen mixteco poblano son el chileatole verde, los ayocotes
adobados, el mole de caderas y el zapote negro. Por último, la zona del centro
del estado nos ofrece huazontles al vapor, truchas al epazote, sopa de chile
poblano, sopa a la reina, memelas, chiles en nogada, dulce de pitahaya y
rompope. Y no olvidemos los deliciosos dulces poblanos herencia de las monjitas
de los conventos de Santa Clara y Santa Rosa, tales como los dulces de camote,
las marinas de nuez, los borrachitos, las frutas cristalizadas, las duquesas,
los caracoles, los macarrones, el jamoncillo, los caballitos de panela y los
molletes, entre muchos otros.
Querétaro
El 12 de Septiembre se celebra la fiesta de la Santa Cruz de
los Milagros, en la que por 3 días se festeja con danzas locales de Querétaro y
los estados vecinos, comida típica, carnavales y otras expresiones culturales.
En Tequisquiapan, las fiestas de Santa María Magdalena, patrona de la localidad
se celebran la tercera semana de Julio. Destaca la participación de la danza de
los concheros y los juegos pirotécnicos. En Teques también se celebra la Feria
del Queso y el Vino, industrias de tradición en la localidad. Esta feria es celebrada
durante 10 días con fines turísticos. El Desfile de Carros Bíblicos se realiza
en la capital cada 24 de diciembre para conmemorar el nacimiento de Jesucristo.
Las fiestas patronales de cada comunidad son festejadas con procesiones
religiosas, abundante comida, música en vivo, misa, danza y fuegos
artificiales.
La Danza de los Concheros es de origen náhuatl y se lleva a
cabo en todos los estados mexicanos en donde aún sobreviva esta cultura. De
origen espiritual, nace del mito del sol, rey y creador de todas las cosas;
siguiendo patrones astronómicos de las posiciones de dioses y planetas, los
danzantes dibujan figuras geométricas. Después, la búsqueda del hombre por
perfeccionarse es representada en la forma de la Guerra Florida. Los
instrumentos que se utilizan son de origen prehispánico, el huehuetl,
teponaztle, concha de tortuga y la sonaja que los danzantes se atan a los
tobillos.
La gastronomía queretana es muestra de la fusión de dos
culturas, la española y la indígena, para dar como resultado la cocina mestiza.
Entre los principales platillos típicos destacan las enchiladas queretanas, en
nopal en penca, el chivo tapeado y para acompañar, el atole de maíz de teja.
Las gorditas de maíz rellenas de migajas, los tamales de masa roja, el queso
cocido en piedras de hormiguero, y el peculiar dulce de chilacayote frito en
manteca de puerco, bañado en miel aromada con canela. En la Sierra, los
“zacahuiles” son tamales gigantescos que alimentan al menos a un par de docenas
de personas.
Mármol, ónix, ópalo y turquesa a manos de los diestro
artesanos queretanos de la capital y de San Juan del Río terminan transformados
en delicadas piezas decorativas y de joyería. En las comunidades de Ezequiel
Montes y Vizarrón, se elaboran artesanías en cantera; en Santiago de
Mexquitittlán y San Idelfonso, la herencia otomí se transmite en los bellos
bordados textiles. Otras artesanías queretanas son artículos elaboradas con
vara de sauce, loza y textiles.
Quintana roo
Las fiestas y danzas tradicionales también provienen del
vecino estado peninsular, como los bailes de las jaranas, de las cintas y la
danza de la cabeza del cochino. Un baile tradicionalmente quintanarroense es el
de los chicleros, es decir, de los campesinos que se aventuraban adentro de la
selva para obtener el chicozapote con el cual se obtiene el chicle. Los
festejos del carnaval, herencia colonial, también se celebran durante las
principales fechas religiosas católicas.
El legado maya, es palpable durante las celebraciones
religiosas de sus antepasados en honor a los antiguos dioses que conforman su
mitología, como Chac, dios de la lluvia; o la Ceiba, árbol sagrado.
Las artesanías en la costa son elaboradas a base de
materiales marítimos como conchas y caracoles, las de coral negro, son las más
apreciadas. En el resto del territorio, algunas poblaciones mayas tejen sarapes
y elaboran objetos de madera y bejuco.
Recordemos que Quintana Roo perteneció a Yucatán hasta
principios del siglo XIX y que no fue sino hasta 1935 que pudo mantener su
independencia. Así, este atractivo estado turístico comparte su historia y
tradiciones con la reconocida cultura yucateca.
Un claro ejemplo es la gastronomía, la cual está dominada
por antojitos yucatecos como papadzules, cochinita pibil, panuchos y salbutes;
y las exquisitas especies pipián y chirmole. Además de los suculentos platillos
que se pueden preparar a base de los frutos del mar Caribe que
Baña sus costas. Y no olvidemos que los altos estándares de
calidad que los servicios turísticos de la zona ofrecen, incluyen restaurantes
con menús de cocina internacional de la más alta calidad.
San Luis potosí
La tradición católica está profundamente arraigada en la
cultura de los potosinos, por lo que el año calendario está lleno de
celebraciones y festejos religiosos que en cada comunidad del estado toman su
propia identidad. El 29 de septiembre de cada año se celebra la tradicional
fiesta de San Miguel Arcángel en la comunidad de Mezquitic de Carmona, en donde
además de las manifestaciones religiosas de rezos, cantos y procesiones, los
asistentes tienen la oportunidad de bailar al ritmo de la música de flauta y
admirar los fuegos pirotécnicos. Del 1 al 8 de diciembre se festeja en Venado
la fiesta religiosa de la Purísima Concepción, amenizada por la danza de los
Matlachines
La cocina potosina se llena de dulces aromas con la
preparación de sus tradicionales enchiladas potosinas, molotes, rabo de
mestiza, enchiladas en cacahuate, flor de palma de cerdo, guiso borracho a base
de pulque y fiambre potosino. En la zona indígena de la Huasteca, la cecina y
el zacahuil son los platillos típicos, acompañados del colonche, bebida
alcohólica potosina por excelencia hecha a base de tuna. Los postres potosinos
más representativos son el queso de tuna, la gelatina de tuna, la cajeta de
leche de cabra y los panecitos de pulque.
El Centro de la Gráfica Contemporánea, el Centro de Arte y
nuevas Tecnologías, el Centro Cultural de la Huasteca Potosina y el Centro
Cultural Mariano Jiménez, además del Centro de las Artes de SLP, se encargan de
preservar el acervo histórico de la sociedad potosina y promover la expresión
artística, a través de exposiciones plásticas, gráficas, concursos y festivales
abiertos al público en general. La relevancia cultural de la entidad,
particularmente de la ciudad de San Luis Potosí se refleja en la celebración de
numerosos eventos culturales durante todo el año, entre ellos destacan, en
marzo el Festival de Música Vernácula y el Festival del Son; de abril a mayo,
el Festival de San Luis, en mayo, el Festival Internacional de Letras de San
Luis; en septiembre, la Muestra Internacional de Folklore y Artes Tradicionales,
el Festival Internacional de Danza Contemporánea Lila López; en octubre el
Encuentro Bianual de Decimistas y Versadotes de América Latina y el Caribe; en
noviembre, el Festival de Música Antigua y Barroca, y en diciembre, se lleva a
cabo la Muestra Anual del Folklor y el Festival de Danzas Étnicas de la
Huasteca Potosina.
Sinaloa
En particular, la cocina sinaloense se distingue por sus
guisos; los guisos más populares son el de colacho, de calabacitas, de machaca,
caldo zuzule, el borrego tatemado y el chicharrón de camarón. Otro delicioso
platillo es el de taquitos de leche y queso en salsa de chile seco. Pero el
platillo que más popularidad le ha conferido es el chilorio, deliciosa carne
deshebrada finamente y marinada en una rica salsa condimentada. Además, antes
de la veda de la tortuga caguama, se preparaban deliciosas sopas y tacos de
aleta que hoy en día se sustituyen con la mantarraya para preservar la
tradición de la preparación de estos suculentos platillos
Si bien es cierto que la llegada de los conquistadores
españoles transformó a la sociedad mexicana compuesta de numerosas etnias
prehispánicas, también es cierto que algunos elementos de estos, nuestros
antepasados originales aún subsisten entre nosotros. En Sinaloa, en el medio
rural se practica actualmente el juego de ulama, que consiste en una versión
del antiguo juego de pelota mesoamericano, en donde gran fuerza física y
destreza son requeridas para no salir lastimado. La danza de la Pascola y la
Danza del Venado (que comparte con los sonorenses) son también legado indígena.
Algunos vocablos, nombres de pueblos, ríos y palabras comunes son de origen
cahita en su mayoría. Y qué decir de la gastronomía, arte cuya herencia
indígena confiere a la cocina mexicana el más alto lugar entre las cocinas del
mundo.
Sonora
Los indios Pápago elaboran “coritas” o cestas de palmillo o
torote a lo largo del desierto sonorense y del vecino estado norteamericano de
Arizona. Además, durante el plenilunio de junio danzan toda la noche para pedir
por las lluvias en el ritual de la Vikita.
Al igual que la mayoría de las tribus mexicanas, los Pimas
festejan en grande sus fiestas religiosas. Durante la celebración del Yúmare
por ejemplo, los hombres toman maíz fermentado y los cantantes pascola y las
mujeres danzan por 4 noches alrededor del fuego para asegurar una buena cosecha
del maíz.
Una de las danzas más representativas del estado, y orgullo
de toda su gente, es la Danza del Venado. Creada por la tribu yaqui que habita
el sur del estado, es llamada también danza Mazoyiwa. La grandiosidad de esta
danza proviene de su significado, el cual para los yaquis, es la representación
del ideal humano, ya que el danzante es un hombre elegido desde niño para tal
profesión y cuya preparación abarca desde la alimentación adecuada para
desarrollar un físico ágil y esbelto, hasta los movimientos físicos que emulan
los graciosos y delicados movimientos del venado. Así, la ejecución perfecta
del venado que lucha por su vida ante el disparo de una flecha mortal resulta
en un bello espectáculo realizado al ritmo de la bueja o tambor de agua, el
carrizo y los hirukiam o frotadores hechos de varas de brasil.
Esto, representa la gran riqueza cultural que los Yaquis
conservan gracias a la valentía y al celo que les ha caracterizado durante la
historia de Sonora. Actualmente, 25 mil Yaquis guardan la lengua, tradiciones y
cultura que les pertenece; al mismo tiempo que siguen el calendario festivo
católico.
Otra particular cultura indígena del estado es la comunidad
Seri. Los Seris se destacan por ser la única etnia mexicana que no fue
evangelizada por los misioneros católicos. Así, la celebración de sus ritos,
mantiene la más pura tradición prehispánica adornada de un fino maquillaje
facial, cuyos colores representan los símbolos de la muerte, la suerte y el
mar.
Es importante mencionar que las culturas Kikapú y Cucapá,
están casi extintas en el territorio sonorense.
A pesar de la escasa población indígena que actualmente se
conserva en el estado, muchas de las tradiciones de los antepasados sonorenses
se mantienen vivas gracias a los descendientes de las tribus originales. Tal es
el caso de los guarijíos, quienes celebran dos grandes fiestas a lo largo del
año, la cava-pizca, en honor al ciclo agrícola terminado y por la buena fortuna
del que está por comenzar, y las tuguardas, las cuales significan el pago de
los pecados de los hombres y mujeres de la comunidad.
Tabasco
La creatividad tabasqueña se refleja en su cocina desde la
época prehispánica, cuando se inventó el chocolate. También con la herencia de
las culturas indígenas Maya y Chontal, así como con el legado español, este
último reconocido en las butifarras, longanizas y quesos.
También como parte del folclor tabasqueño están las antiguas
danzas del Pochó y del Caballito. La más famosa de ellas es la Danza del Pochó
realizada durante la celebración del Carnaval justo antes de los días santos
católicos. En ella, los Cojoes representan el bien luchando contra el maligno
dios Pochó; sin embargo, durante el desarrollo de la batalla, los cojoes
revelan su lado travieso y “maloso” al mojar o aventar harina de manera
sorpresiva a los presentes. Esta celebración es originaria de Tenosique,
Tabasco, localizado en la frontera con el vecino país centroamericano de
Guatemala.
La Danza de los Caballitos es la representación de la pelea
que los indígenas sostuvieron contra los españoles en la batalla de Centla, lo
que es admirable de esta representación es que celebra el momento en que los
indígenas se dieron cuenta que los jinetes y los caballos no eran una sola
entidad, sino dos seres individuales.
Otras celebraciones populares en las comunidades tabasqueñas
son el Festival de la Santa Cruz en Teapa, la Fiesta de Nuestra Señora de Santa
Ana celebrada en Sánchez Magallanes, las Fiestas de San Antonio, organizadas en
Cárdenas, y la Festividad de San Isidro Labrador en Comalcalco. la Festividad
de San Román en Paraíso es acompañada del ritmo de “Los Tamborileros de San
Marcos”, quienes ejecutan las piezas musicales con tambores y flautas de
carrizo y se niegan a dejar morir la tradición de una profesión que hoy en día
muy pocos músicos están dispuestos a perpetuar.
La tradición de la cultura tabasqueña es la de comer 7 veces
al día, y cómo no si las cocinas están llenas de color, aromas y texturas
exquisitas. Entre los principales platillos típicos destacan aquellos
elaborados con los frutos del mar, como el pejelagarto, pez endémico del
estado. Algunos de los platillos más populares son, el pejelagarto asado,
tamales de pejelagarto, chirmole de pejelagarto y empanadas de pejelagarto.
También elaborados con exóticos ingredientes están el robalo a la tabasqueña,
el langostino o pigua al mojo de ajo, la torta de iguana y el pochitoque en
verde
Tlaxcala
La riqueza de la gastronomía prehispánica tlaxcalteca se
funde con la cocina española para dar como resultado una de las más exquisitas
cocinas mestizas del país. Antiguos ingredientes como el
maíz, cimiento de la cocina prehispánica en todo México,
maguey, nopal, epazote, perejil, calabaza, miltomate, verdolagas, venado,
guajolotes, liebre y huilota aún son utilizados por los cocineros tlaxcaltecas
en la elaboración de los más finos platillos mexicanos.
Gusanos de maguey y pencas que envuelven un sabroso cordero
asado, barbacoa de pozo acompañada de una ensalada de nopalitos con queso y
perejil, tlatoyos de frijol y queso acompañados de atole y piloncillo… un menú
interminable que nos remonta siglos atrás al momento en que dos grandes
culturas se fusionaron para cocinar el presente.
Con la construcción de tantas iglesias en la época de la
colonia, era necesario encontrar quien fundiera las imponentes campanas que
anunciaran el inicio de las misas católicas, y en el barrio de Ocotoxco en
Yauhquemecan, a mitad del siglo XVI se fundió la primer campana de la Nueva
España; oficio aún vivo en la actualidad. Al igual que Xalostoc, en donde se elaboran
los antiguos juegos pirotécnicos o fuegos artificiales que alegremente visten
de brillo la noche en que se celebra algún festejo o día especial.
De igual manera, la cultura tlaxcalteca mantiene vivas
ancestrales danzas bailadas durante la celebración del carnaval o cualquier
otra gran fiesta patronal. Una de las principales danzas aún bailada es la de
los “Huehues” o viejos, y cuya representación en cada comunidad toma un toque
personal de la misma. La Danza de las Cintas es representada por niñas que
ondean un mástil con numerosos y coloridos listones; la danza del dios sol,
Tónatl, termina con una lluvia de flores arrojadas por las doncellas de la
localidad; y Las Cuadrillas danzada en los barrios de Ocotoxco, Zimatepec,
Huiloac, Tizatlán y algunos más.
De manos diestras y colorida imaginación, los artesanos
tlaxcaltecas esculpen tan finamente la madera, como la plata o el barro. Aún
sin ayuda de tornos o ningún otro instrumento, los habitantes de San Sebastián
Atlahapa dan vida al barro; mientras en Tlatempan las máscaras de carnaval
alcanzan singular refinamiento. En Tizatlán, una tradición simbólica es la
elaboración de intrincados bastones o teponaxtles que además de ser un auxiliar
en el caminar de los viejos, sirve de augurio para una larga vida.
La joyería de plata de Tlaxco es famosa en todo el país, y
los “saltillos” son antiguos diseños precolombinos aún tejidos en los hermosos
sarapes y tapetes elaborados en las comunidades de Santa Ana Chiuatempan y en
Guadalupe Ixcotla. Pero los artistas de Españita son los más hábiles al
elaborar innumerables figuras hechas de hoja de maíz seca; aunque las casitas
de paja de centeno y trigo construidas en Tequexquitla merecen también ser
mencionadas.
Veracruz
A través del año y a lo largo de
todo el estado, se celebran numerosas fiestas patronales, religiosas y paganas.
En Veracruz, toda fiesta conlleva la celebración de los famosos bailes
populares, en donde chicos y grandes hacen gala de sus habilidades en la pista;
corridas de toros, carreras de caballos, danzas folklóricas, peleas de gallos,
jaripeos, encuentros deportivos, charrrerías, concursos y juegos y actos
religiosos son ingredientes esenciales de las grandes fiestas jarochas. La
fiesta más popular dentro y fuera del estado es el Carnaval, festejado cada
primera semana de febrero en un marco de algarabía y color. Los llamativos desfiles
de carros alegóricos cuentan con músicos que tocan al ritmo del son jarocho o
del huapango huasteco, disfraces de lentejuelas, numerosos bailarines y el
mejor humor para celebrar, después de haber realizado la simbólica quema del
“Mal Humor”, acto con el que da inicio la celebración. Actualmente, se realizan
además numerosos eventos culturales, deportivos y comerciales.
La gran tradición de la danza veracruzana se pone de
manifiesto con el Ballet Folklórico del Gobierno del Estado de Veracruz,
orgulloso representante de México, ya que sus representaciones de la Huasteca
Veracruzana, el Huapango en Pánuco, la Danza de los Negritos, el Jarabe Jarocho
y otros bailes mexicanos, han sido reconocidas tanto a nivel local como
internacional.
la posición costera de la entidad se conjuga con una larga
tradición indígena, española y afroantillana para dar lugar a una vasta y
diversa cocina. En la costa, los platillos de mar más destacados son el pulpo
en su tinta, empanadas de camarón, el chilpachole y el Huachinango a la
Veracruzana, cuya fama ha cruzado fronteras. En Coatzacoalcos, exóticos
platillos adornan las mesas de los curiosos comensales con carne de armadillo,
sopa de tortuga, pejelagarto ahumado y carne de tejón, entre otros. El atole de
coyol y el té de zacate son bebidas populares en Minatitlán, en donde además
puede disfrutar de unos ricos tamales de chipiles o de coyol. En Martínez de la
Torre también destacan elaborados platos como el pez bobo en caldo y las
acamayas en chipotle. Veracruz es famosa también por su café de calidad
exportación, la zona de Coatepec además de producir el aromático grano se
distingue por su buen gusto en la cocina con su tradicional sopa de pan,
estofado de gallina y trucha arcoiris.
Yucatán
Un rasgo característico de esta cultura es su pícaro sentido
del humor, reflejado durante la celebración de las vaquerías, fiestas
celebradas en honor al recuento anual de las de reses y donde los asistentes
bailan animadamente una jaranita hasta que alguien grita “¡Bomba!” y procede a
recitar un cuarteto picaresco, sello de la identidad yucateca.
Su música, conocida como trova yucateca, deleita a
audiencias internacionales y es fruto de la amplia influencia cultural que
mencionábamos anteriormente. Sus principales expositores de todos los tiempos
son Cirilo Baqueiro, Fermín Pastrana, Ricardo Palmerín, Guty Cárdenas, Pastor
Cervera y Sergio Esquivel.
Y con la llegada de la “temporada”, en los calurosos meses
de julio y agosto, la tradicional familia yucateca, se lanza a las playas y
manantiales del estado para recrearse y descansar en compañía de los más
cercanos.
El caluroso clima de la península es mitigado durante todo
el año también descansando en una cómoda hamaca. El origen de esta pieza de
descanso es incierto. Su nombre, significa en haitiano “árbol”, y como la
hamaca por lo general se amarra entre los troncos de dos árboles se cree puede
haberse originado en tierras caribeñas. Sin embargo, los registros históricos
hablan de las hamacas en Yucatán desde el siglo XVI, y es tan parte de su
identidad como la cochinita pibil o guayabera yucateca. Asimismo, los
fabricantes de estas coloridas camas colgantes son indígenas mayas que aún las
elaboran manualmente en telares de madera.
La geografía y la historia mantuvieron a esta hermosa
península aislada de los asuntos de la nueva república mexicana, y por esta
razón, es que sus manifestaciones culturales evolucionaron de forma
independiente del resto de la cultura mexicana, influenciadas por su contacto
comercial con Francia, Cuba y la ciudad de Nueva Orleáns de los Estados Unidos
de Norteamérica.
Arquitectura, moda y gastronomía son artes que exhiben el
latente sentir del yucateco, un sentido de pertenencia más del mundo que de su
propia nación.Como ejemplo, los yucatecos adinerados que visitaban Cuba
trajeron las guayaberas cubanas a la península, teniendo tal éxito entre la
población, que Yucatán adoptó esta prenda de vestir masculina y la
“nacionalizó” yucateca. Hoy en día, las guayaberas de gran calidad en su
confección son contribución yucateca para el mundo.
Zacatecas
Hoy en día, un grupo de 8 o 10 músicos entona la Marcha
Zacatecana para comenzar el recorrido por los callejones de la ciudad,
tomándose algún descanso de vez en cuando para repartir mezcal de Huitzila a
todos los que les acompañan.
En cuanto al arte de la gastronomía, la cocina zacatecana
heredó el sabor de la cultura mesoamericana que distingue a gran parte del
país. El platillo más representativo es el “asado de boda”, nombre que le
corresponde por ser el platillo más popular en las bodas zacatecanas. Su
exquisito sabor por si solo es motivo de fiesta, pues en él se conjugan una
gran variedad de sabores representados en la carne de cerdo, el chile ancho, el
chocolate y diversas especies para agregar el toque final.
Pero el aspecto que más representativo de la cultura
zacatecana tal vez es el de las fiestas regionales. Los zacatecanos se visten
de gala y color en numerosas ocasiones durante el año para celebrar fiestas
patronales, religiosas, cívicas o personales. En enero se celebra la Fiesta de
los Papapquis en Nochistlán y las Fiestas del Niño de las Palomitas en
Tacoaleche, Guadalupe. En febrero, como en muchas comunidades mexicanas se
celebra la Feria del Carnaval y las Fiestas de la Calendaria. Mientras que en
marzo, diversos municipios festejan las Fiestas de San José. Durante la Semana
Santa se celebra el Festival Cultural de Zacatecas en la capital del estado. Y
en junio, en Cuauhtémoc, Zacatecas se realizan las festividades de San Pedro y
San Pablo. El Festival Zacatecas del Folclor Internacional es organizado en la
capital durante el mes de julio de cada año. En el mes siguiente, también en la
capital, se festejan los Morismos del Bracho. En Ojocaliente, Zacatecas, la
celebración de la Feria de la Tuna y la Uva viste de alegría las calles durante
el mes de septiembre. También en este mes se lleva a cabo la famosa Feria
Nacional de Zacatecas, con sede en la capital estatal. En otras comunidades de
la entidad, este mes es el elegido para festejar fiestas religiosas como la de
la Virgen de la Soledad, la Virgen de la Merced y las fiestas de San Miguel.
Las Fiestas de San Juan Bautista en Vetagrande, la Feria Regional de Huanusco,
la Feria Regional de Nochistlán en el lugar del mismo nombre, la Feria de
Aniversario de Luis Moya, Zacatecas y el Festival Internacional de Teatro de la
Calle en la ciudad de Zacatecas alegran los días de octubre. Y para cerrar el
año, numerosas ferias regionales son celebradas en las comunidades de
Concepción del Oro, Calera de Víctor Rosales, Loreto, Guadalupe, Valparaíso,
Villa García, Jalpa, Tabasco y Tepechitlán; mientras que en Fresnillo, sus
habitantes disfrutan de las fiestas del Santo Niño de Atocha.
Conclusión
Al término
de este trabajo nos daremos cuenta de todo lo maravilloso que tenemos sobre las
tradiciones en nuestro país son tan importantes como cualquier otra cosa, poco
a poco las tradiciones se han ido perdiendo con el paso del tiempo pero si nosotros
aun creemos en ellas podemos hacer el esfuerzo por seguir con ella por eso en
este trabajo se hizo la conclusión sobre lo que son las DIVERSIDAD DE CULTURAS
EN LA REPÚBLICA MEXICANA. Espero y este trabajo sea de su agrado